23 de abril de 2024

La calle es el lugar

Togo (Diego Alonso) es un cuidacoche en la ciudad uruguaya que deberá lidiar con el peligro de la calle tras la irrupción de una mafia que busca ensuciar su negocio, mientras se encuentra al cuidado de la joven Mercedes (Catalina Arrillaga)


Por Ignacio Pedraza

Uno de los responsables de llevar adelante el Nuevo Cine Argentino es de las costas uruguayas, y con Togo (2022) logró filmar en su propio país: lo nuevo de Netflix, rodada durante la pandemia en Montevideo, es otra de las colaboraciones del guionista y director Israel Adrián Caetano junto al servicio de streaming tras Apache (2019) y Puerta 7 (2020).

Su último largometraje fue hace cinco años con el destacadísimo El otro hermano (2017) y en esta nueva presentación Caetano se aleja a la problemática social a pesar de presentarse en el mundo de la calle y del trabajo precarizado a cargo del protagonista –quien lleva el nombre del título- a cargo de Diego Alonso. Si bien el crudo ambiente urbano es algo habitué del realizador, en este caso se orienta hacia un héroe real y con varias secuencias de acción a las que nos tenía acostumbrado, principalmente en lo que refiere a su carrera en las películas.

No encontramos un tinte descriptivo a la situación del protagonista, más allá de arrojar situaciones propias de la calle y los peligros que conlleva, como sí sucedió con mayor profundidad en otras producciones como Pizza, Birra, Faso (1997) o Bolivia (2001).


En comparación con respecto a trabajos anteriores, la marca del director la vemos en la historia personalista sobre los dramas que sufre el protagonista y cómo detalla el día a día para conocer su situación, en contraste al resto de los personajes que cuentan con un tratamiento más superficial y no llegamos a indagar de gran manera. Además, otro punto en común se basa en algunas huellas sobre las cuestiones sociales, no tan primordiales como en otras ocasiones, principalmente en el camino que comparte Togo con Mercedes (Catalina Arrillaga).

La relación entre el hombre y la adolescente se vuelve esencial en el film, más allá de que el personaje de Alonso cuenta con sus propias vivencias. En una especie de Leon y Mathilda de El perfecto asesino (1997) de nuestros pagos, la joven irá aprendiendo cuestiones laborales y de manejo en la calle mientras que el protagonista verá reflejada dicha relación como enseñanza para conectarse con su hija Yenna (Sabrina Valiente).

Más allá de las implicancias propias del trabajo, la irrupción de un grupo mafioso buscando vender droga en el barrio provocan el punto de quiebre en el thriller, donde el protagonista deberá defender lo suyo y a su círculo cercano, por lo que el largometraje se inserta directamente en el plano de la acción con algunas secuencias de las mismas donde poco parece importar las cuestiones físicas o verosímiles, logrando insertar el suspenso para enriquecer dichas situaciones.

A la par con la implicancia de su personaje, Alonso –quien trabajó con el director en la recordada Tumberos (2003) y la serie sobre Carlos Tévez– logra un gran trabajo poniéndose al hombro la trama con una buena personificación de Togo, con muletillas propias y acompañado de buena manera con la joven Arrillaga.

Si bien no quedará en el recuerdo entre las películas más destacas del director, Togo es una interesante propuesta que incursiona por el lado del thriller de acción, algo no habitual en las costas rioplatenses.

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