26 de abril de 2024
Es una dicotom?a el final tr?gico de dos enamorados
Es una dicotom?a el final tr?gico de dos enamorados. Cuando los lazos del amor puro conducen a una muerte violenta, injusta, cruel, brutal, horrenda. Los esp?ritus se colman de ira, la reacci?n es l?gica frente a semejante burla de los dioses. ?C?mo osan destruir dos vidas vibrantes por la belleza del amor? ?No hay seres despreciables que merecen ese destino cruel? Es indignante morir junto a tu pareja intentando todo para evitar que su fin coincida con el tuyo. Un ser no puede tolerar que tal da?o provocado, al menos favorecido por la indiferencia de su dios, suceda y quede impune. ?C?mo le reprochas al destino, al orden, a los tiempos l?mites, a los planes que no te contemplan ni a tus emociones? ?Acaso no debemos evolucionar del fango infernal al para?so objetivo mediante el valor de perfeccionar nuestras virtudes aplacando los defectos? ?No es eso lo que pretenden los seres superiores?

Por Rodrigo Vega

Demasiada ira puede tornarse hacia el odio y sabemos que no hay elixir m?s productivo para manchar un alma que el odio. Esa putrefacta esencia azabache jam?s luce bien, siquiera al principio uno creer?a que se ver?a m?s atractiva. Como todos los otros males anzuelo que enzarzan hasta el abismo a quienes se les entregan. Destellantes, preciosos, perfectos. Juegan mucho con la idea rid?cula de perfecci?n de los humanos, saben que los atraer?n eficientemente por la apariencia y un par de palabras correctas sellar?n el trato. No el odio. Jam?s el odio. Es admirable, lo admito, un ejemplo de ser leal a ti mismo, ja. El odio puro, claro, jam?s puede ser impuro. No hay medias tintas. Lo sent?s o no. Est?s dispuesto a dejarte llevar a trav?s de la destrucci?n de todo lo que amas, en un recorrido lun?tico causando da?o y dolor a todo lo que hab?as construido. O no. As? de simple. Este tipo de decisiones son definitivas.
 
El infierno se lo llev? todo. Mientras sus manos trataban de fortalecerse en sentido opuesto a sus corazones dejando de latir y sus pulmones llen?ndose de agua, la poca fuerza vital remanente, fue utilizada para mirarse una ?ltima vez y besarse con el m?nimo aliento que los hierros retorcidos en sus torsos permitieron. No les import? la sangre. Su beso fue tan bello como los que se daban en la primavera, durante un picnic, con sus amigos riendo y siendo juveniles e ingenuos a su alrededor. Todo ese amor, la pureza de la conexi?n, la energ?a regeneradora, la compasi?n por el mundo y todos sus seres, la admiraci?n por su dios, el recuerdo omnipresente de sus seres queridos, todo lo magn?nimo que esas dos personas lograron compartir. Se lo llev? el infierno. Pues con ese beso la furia de perderse antes de comenzar una vida juntos, los hizo decir: s?.
 
Bajo circunstancias regulares, seres de esta clase no se presentar?n por las calles del pueblo buscando venganza. No ser?n un clich? de terror. No le dar?an a una pareja enamorada el castigo que los dioses propinaron sin piedad sobre su amor. Ni se esmerar?an para hacer gritar por clemencia, por los santos, por sus padres, por el universo en s?, a un par de desafortunados amantes. Pero esta noche lo har?n. Y nada surtir? efecto, cuando clamen sus v?ctimas por salvaci?n. Como no lo hizo por ellos, no permitir?n que suceda ahora. Esta noche una pareja debe morir por amarse con pureza. Lo dije, ?verdad? El odio es clave para cambiar un alma.
Continuar?…
 
 

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