26 de abril de 2024
La cuarta pareja

Por Rodrigo Vega

Quer?an estar solos, en medio de tanta diversi?n prefirieron aislarse para poder estar juntos. No se ve?an demasiado, ambos estudiando en distintas ciudades, tal vez para otros ser?a el fin. En su caso la distancia consegu?a intensificar las emociones. Esa tan especial en particular, la que una vez lograda puede cambiarlo todo, cuando pura resiste cualquier obst?culo: el amor. Anticipaban este momento, desde que se disfrazaron para ir a la casa de Natalia, la rara de la secundaria. M?s raro a?n era su repentina simpat?a y predisposici?n a ofrecer la enorme casa de su familia para la fiesta. No importaba, ellos quer?an verse, disfrutar junto a sus amigos, despertar juntos. 

 
Bajaron al s?tano, porque en el ?tico un grupo estaba fumando. Ten?an que hablar, faltaba poco para que ambos se recibieran, era tiempo de elegir una ciudad para mudarse juntos. Ellos eran la tercer pareja que los enamorados ten?an marcada, antes de cruzar a Joel. Un futuro brillante, dos seres puros am?ndose, ?l piensa proponerle matrimonio esta noche. No hablaron mucho, se besaron apasionados, apurados, alg?n presentimiento los hizo disfrutar un momento de ternura. 
Ella vio la sombra mucho antes que ?l. Fue al poner un pie en el s?tano, la imagin? en un rinc?n al costado izquierdo de la escalera. Dami?n not? la ca?da de un roc?o intenso empapando las plantas cerca de la ventana, de camino al s?tano. Cerr? la puerta antes de ver las hojas marchitarse, eran las 23:10 horas. La bes? sin pensar en nada, Julia hizo lo mismo. El tiempo transcurri? hasta llegar a las 23:50. 
Tendidos sobre un fut?n que se usaba para visitas, mirando el techo, contando vigas de madera. Con el ruido blanco de la fiesta de fondo, gente riendo, hablando, bailando, saltando. Pudieron conversar.
 
-?Sabes? Con la graduaci?n a menos de un mes, me puse a recordar cuando nos conocimos.
-?El verano cuando tus amigos eran insoportables?
-El verano pasado entonces.
-Ja, ja, ja. Bueno tambi?n. 
-El mismo, s?. Y vos, con tus amigas no me dabas oportunidad para acercarme.
-No pod?a ser obvia. Ten?a que probarte.
-Y pas? con buena puntuaci?n. 
-Mmm… un 7 creo, ja, ja, ja.
-?Ah s?? Yo esperaba un 8 al menos despu?s de la primera salida. Me gast? todos mis ahorros esa noche. 
-Me di cuenta cuando a la segunda salida comimos pizza… en tu casa.
-Ten?a 17, la pizza era un lujo.
-Ja, ja, ja. En la universidad tambi?n lo es.
-Uh si. Ya casi terminamos y estaba pensando que si nos vamos a mudar juntos, despu?s de tanto tiempo, mereces algo m?s. 
-?M?s que pizza?
-Mucho m?s.
-?Un combo con papas?
-Mejor todav?a. Algo como un anillo…
 
Julia estaba emocionada, cerr? los ojos, esperando las palabras que faltaban, la pregunta tal vez. Pero eso nunca lleg?. Sinti? que Dami?n se levant? de repente. Le parec?a gracioso hacerse la desentendida sin mirar. Le oy? tartamudear, pens? que no era necesario hacerle pasar nervios, entonces abri? los ojos…
 
Le tom? unos segundos diferenciar una broma de Halloween de algo genuino. Al verlo suspendido en el aire ahog?ndose, pens? que pod?a ser algo que Dami?n plane? con sus amigos para asustarla. ?Pero por qu? lo har?a si estaba a punto de proponerle matrimonio? No ten?a sentido, como tampoco la mujer ensangrentada que se estaba acercando a ella. 
Julia se levant? aterrada, el ruido blanco de la fiesta ya no era de celebraci?n. Escuchaba gritos, llantos, ruegos. Las arcadas fueron un reflejo de escuchar algo comiendo. ?Qu? estaban comiendo? Y gente gritando desesperada. Eso estaban comiendo: gente. Julia se contuvo, porque ten?a a su novio colgando en frente, intentando zafarse de las manos de esa sombra. Agarr? el hacha. Atac? a la mujer. Le abri? el cuello. Quiso ser una hero?na de The Walking Dead. Funcion?, la sombra solt? a su amado. El joven cay? agitado, mientras la figura masculina sal?a a la luz para explicitar su descomposici?n. La mirada de Julia fue de incredulidad y asombro. ?Qu? estaba pasando? ?Era esto una broma? Pero ella casi decapita a una mujer. No pod?a ser una broma. Y esos ruidos arriba, sus amigos gritando hasta perder la voz. Esto era real. 
 
La puerta se abri? bruscamente, uno de sus amigos quer?a bajar desesperado al s?tano, pero algo lo agarr? bajando la escalera. Un segundo bast? para ver como era succionado de nuevo al pasillo. Ambos oyeron los gritos aterradores de su amigo de toda la vida y vieron el estallido de sangre ba?ando la pared frente a la escalera. En ese momento de descuido fueron atacados nuevamente. El cad?ver tom? la mano de Dami?n y la arranc? sin piedad. Julia agarr? con fuerza el hacha apuntando a la cabeza del cuerpo que estaba atacando a su novio, pero a cent?metros del cuello del espectro, se parti? con un golpe de la mujer. 
Dami?n cay? al piso en shock por el dolor y p?rdida de sangre. Las figuras posaron su mirada en Julia, optando por herirla para luego dejarle ver como mor?a su amado, sin que pudiera evitarlo. El horror ante todo lo que estaba sucediendo la hizo buscar desesperada alg?n objeto filoso para defender lo que amaba. Entre el p?nico de no hallar nada y ver a su novio en el piso, alz? la vista hacia la escalera y all? estaba parada la anfitriona.
Natalia, salpicada con sangre y entra?as de sus conocidos, observando el espect?culo: el dolor y la crueldad sobre esta pareja. Julia, ingenua, le pidi? auxilio, solo para conseguir risas burlonas, una carcajada que dentro del contexto de alaridos, sonaba igual de aterradora. 
 
-?Ayudanos Natalia!
-Uy lo siento, no puedo. Ustedes estaban invitados a la fiesta. 
-?Eso que tiene que ver? ?Van a matarnos!
-Tiene mucho que ver Ju, eso es la fiesta. 
-?Vos hiciste esto!
-No les quitar? m?s tiempo. Cerrar? la puerta. Disfruten.
-Nooooo…
 
En ese momento Julia se hall? frente al cad?ver de la enamorada, inhal? el aroma putrefacto, la apu?al? con unas herramientas que encontr? en el piso. Escuch? a Dami?n gritar cuando se interpuso a la palma que iba dirigida hacia ella. La fuerza del ataque era tal que, la mano de la muerta atraves? ambos cuerpos.
No quedaba mucho por hacer, cayeron al piso, sangrando y jadeando. Dami?n la mir? enamorado. Le dijo el final de la oraci?n ?…algo para empezar nuestra vida, vos y yo. Ese verano, supe que hab?a encontrado mi refugio, mi respuesta, mi amor?. Lo abraz? mientras la sombra cubri? sus cuerpos, el fr?o de la muerte los rode?.
 
Cuando lleg? la medianoche y comenzaron los horrores, ellos fueron la cuarta pareja.

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