Sálvese quien (él) pueda
La nueva aventura arroja al investigador a una intrincada trama donde debe resolver un caso que tiene los focos puestos sobre él, y buscará salvar su nombre como de las personas que de su alrededor.
Por Ignacio Pedraza
Con dos películas en su haber, el personaje de I.M. Fletch vuelve a la pantalla para seguir con sus andanzas, pero esta vez alejado del reconocido cómico Chevy Chase para mutar en el carismático Jon Hamm. En esta nueva oportunidad, titulada Confiesa, Fletch (Confess, Fletch, 2022), el antiguo reportero y ahora investigador debe, justamente, indagar sobre un caso que lo tiene a él como principal sospechoso.
Especializado en el arte, Fletch –o sus múltiples seudónimos- debe localizar una serie de cuadros robados del desaparecido millonario De Grassi (Robert Picardo), padre de su pareja Angela (Lorenza Izzo). Durante la investigación, una muerte en el departamento donde se alojaba lo pone como principal sospechoso de todo el amplio asunto.
Pero, para aquellos que ya conocían al camaleónico protagonista o simplemente buscaban mero entretenimiento, saben que el personaje no se quedará de brazos cruzados. A través de métodos un tanto heterodoxos querrá encontrar respuestas a cualquier precio, más allá de que la dupla de detectives compuesta por Monroe (Roy Wood Jr.) y la novata Griz (Ayden Mayeri) le respiran la nuca por su extraño comportamiento.
Fletch anda con una gorra de los Lakers en pleno Boston, se escapa confusamente de la policía que lo tiene entre ojo y ojo y huronea entre los otros sospechosos como son el fóbico Ronald Horan (Kyle MacLachlan) y la vecina Eve (Annie Mumolo). No hay impedimento para nuestro protagonista, impulsado en solucionar los problemas ocasionados al costo que sea.
Lo nuevo de Greg Mottola se posiciona como una comedia detectivesca que hemos visto en reiteradas ocasiones durante el último tiempo, donde la verosimilitud poco importa y cuanto más teatrales sean los personajes que abordan la trama junta a una excéntrica lista de sospechosos es más enriquecedora. A esto se le suma un intrincado asunto a resolver donde se vuelve confuso y rocambolesco no necesariamente en el buen sentido, ya tampoco despierta un interés predominante.
Sin embargo, la sutileza en la gracia del personaje de Hamm es lo más interesante del proyecto, donde se refuerza por los recursos del actor para generar personalidad en la interpretación con guiños y acciones que se disfrutan sin caer en una notoria carcajada. Caso contrario sucede con el resto de los personajes –a excepción de la dupla detectivesca, con quien genera diálogos interesantes- que se alojan en el ridículo más pronunciado. Amen a esto, volver a ver juntos a Don Draper y Roger Sterling (John Slaterry interpreta a un desganado editor en esta ocasión) es una caricia al alma para los fanáticos de Mad Men.
Sin ningún aspecto novedoso pero que cumple en su entretenimiento –con las lógicas propias del subgénero- una nueva versión de Irwin M. Fletch está entre nosotros como flamante estreno en Paramount+ y Star+ de manera unísona, que logra marcarse por la labor de su potagonista.
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