27 de abril de 2024

El dolor de lo que fue y de lo que queda

La ajetreada vida de Peter junto a su nueva pareja Emma y su bebé se convierte en un caos cuando su ex esposa Kate reaparece con su hijo adolescente, Nicholas, un chico problemático con el que es difícil comunicarse, por agresivo y distante, y que acaba de abandonar la escuela.


Invitame un café en cafecito.app

Por Lucas Soto

Lidiando con su hijo recién nacido y una nueva oportunidad de trabajo, Peter (Hugh Jackman) recibe la visita inesperada de su ex mujer Kate (Laura Dern), en donde le anuncia que el hijo que comparten, Nicholas (Zen McGrath), no se encuentra bien. Entre las dudas de su actual pareja, Beth (Vanessa Kirby) y la incomprensión que siente hacia el dolor de su primogénito, Peter pone a prueba tanto su paternidad como su humanidad.

Desde el detonante que saca de su zona de confort a Peter – el arribo desesperado de su ex– y la mirada baja, decepcionada y agotadora, de su actual mujer, comprendemos que este padre estará, las dos horas de metraje, entre la espada y la pared.

Una vez que Peter decide hacer frente al problema de que su hijo demuestra signos de desinterés hacia el colegio, el espectador es partícipe de un melodrama contemplativo acerca de un padre que cree que hizo todo bien, a pesar de que su presente se derrumba.

A punto de aceptar una oferta que despegará su carrera en Washington D.C., Peter hace malabares entre una esposa que le reclama tiempo tanto para ella como para el recién nacido, su ex esposa que no logra superar la ruptura y un hijo que no sabe decir en palabras lo que le pasa, solo con miradas solemnes y cortes autoinfligidos.

Es acá donde Florian Zeller, coguionista y director, demuestra nuevamente las falencias que dejó relucir en su pasado estudio de personajes, El Padre (The Father, 2020). Y es, precisamente en este “estudio”, que plantea un arquetipo más que un personaje.

Donde podemos encontrar matices, sensibilidades, diversas emociones y formas de actuar, Zeller decide enfocarse en una sola característica y llevarla al extremo. De esta forma, tanto el estancamiento de Kate, el egoísmo de Beth como la depresión de Nicholas, no traen más que oscuridad y bidimensionalidad al relato, obstruyendo así todo tipo de luminosidad y empatía.

Ni siquiera Peter, el protagonista que acciona a que su hijo mejore a partir de sus retrógrados conocimientos, logra salirse de su arquetípico personaje de padre blanco, trabajador exitoso y adinerado. Escondido entre miradas contemplativas y flashbacks de un tiempo que fue mejor, el padre intenta que Nicholas accione a partir de lo que él quiere y necesita; volver a aquella zona de confort.

La escena final, una visión que revela el mayor deseo de Peter, es el más claro ejemplo de cómo este personaje poco aprende del clímax que transcurrió, sacando a relucir la imagen del hijo que él mismo se construyó en la cabeza, y no la del hijo real, aquel que grita desesperadamente por ayuda durante toda la película.

En conclusión, con El hijo estamos ante una demostración de personajes cuadrados, ausentes en su propio relato, atrapados egocéntricamente es sus caprichos y dolores. No solo lo predecible de su resolución opaca el visionado, sino que, debajo de la parafernalia melodramática expuesta por unas larguísimas dos horas, se esconde una premisa que pudo haber sobresalido con una ejecución más inteligente y menos caprichosa.


TÍTULO: El hijo
TÍTULO ORIGINAL: The son
DIRECCIÓN: Florian Zeller.
ELENCO: Hugh Jackman, Laura Dern.
ELENCO SECUNDARIO: Anthony Hopkins, Vanessa Kirby.
GÉNERO: Drama.
ORIGEN: Estados Unidos.

Invitame un café en cafecito.app

About Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social media & sharing icons powered by UltimatelySocial