29 de marzo de 2024

Un director fuera de serie

Sam Raimi es un verdadero pionero cuando hablamos de directores, desde cómo hacer películas de terror de bajo y mediano presupuesto a redefinir cómo se hace el cine de superhéroes. Hacemos un repaso por su carrera, para que puedan conocer más de este maestro.


Por Tiago Di Pasquale

Empezamos por el principio: Sam Raimi inició su carrera haciendo cortos con una cámara de 8 milímetros y su grupo de amigos, entre ellos el inigualable Bruce Campbell. El más importante de los cortos es Within the Goods, ya que sería un prototipo del primer largometraje del joven director, The Book of The Dead, aunque su nombre más popular es The Evil Dead (1981). Raimi, Campbell y el resto del equipo pusieron sudor y litros de sangre falsa para presentar una película que hoy en día podría considerarse convencional, incluso cliché: cinco amigos van una cabaña abandonada donde descubren el titular libro de los muertos, el «Necronomicon Ex-Mortis», y al reproducir una cinta que recita uno de los pasajes del libro, libera una fuerza maligna que posee a una de ellos y lentamente esparce la maldición al resto de los jóvenes; al final solo queda Ashley “Ash” William (interpretado por Campbell) quien deberá sobrevivir a sus amigos hasta la salida del sol. El concepto formó varios elementos que se volverían “constantes” en el cine de terror, pero es la ejecución la que resalta la importancia de la película: Sam Raimi demostró todo lo que podía hacer con un presupuesto bajísimo, y por suerte dejó una buena impresión, incluso el mismísimo Stephen King se refirió a ella como “La película de terror más ferozmente original del año”.

Luego de una decepcionante experiencia y resultado final con Crimewave (1987), Raimi y Campbell (y cabe aclarar Robert Tapert, el tercer arquitecto de esta franquicia) volvieron con Evil Dead II: Dead by Dawn (1989), una continuación que regresa y refresca escenas y momentos de la primera al no poder usar escenas de esta (un problema legal con los derechos de distribución). Grabaron un prólogo que “rehace” la primera cinta, ahora siendo solo Ash y su novia Linda los que van a la cabaña; luego de este inicio, se da pie a una “reimaginación” de la Evil Dead original, con un tono que si bien no abandona el terror, se da el permiso de tener toques cómicos, que le dio una marca distintiva a la saga y a la creciente carrera de Sam Raimi.

Tras Darkman (1990) Sam Raimi dio cierre a su trilogía de Evil Dead con Army Of Darkness (1992), donde ahora el terror pasa a un segundo plano y acompañamos a Ash Williams en una aventura medieval con un humor prácticamente caricaturesco, que para nada es negativo, es una película entretenida que nunca te cansas de ver. Luego de esto, Raimi pasó por un período de experimentación, con Rápida y mortal (The Quick and The Dead, 1995), un western protagonizado por Sharon Stone, Russell Crowe, Gene Hackman y Leonardo Di Caprio; Un plan sencillo (A Simple Plan, 1998), un thriller criminal con toques dramáticos protagonizada por Bill Paxton, Billy Bob Thornton y Bridget Fonda; y Premonición (The Gift, 2000), donde vuelve al terror dirigiendo a Cate Blanchett pero ahora en una suerte de policial.


Pero, por supuesto, si Sam Raimi se hizo sinónimo con algo más que el terror, es con el Hombre Araña y Spider-Man de 2002 protagonizada por Tobey Maguire, Willem Dafoe y Kirsten Dunst, donde le otorgó una bocanada de aire fresco al cine de superhéroes luego de varios fracasos y éxitos más tibios. Al igual que Superman (1978), esta película sentó un precedente y un estándar para lo que sería el género y la saga del Trepamuros en particular (su influencia incluso llego a los cómics). Sam Raimi redobló su apuesta con Spider-Man 2 (2004), y le salió tan bien que hasta el día de hoy es considerada la mejor película de superhéroes. Esto se verá afectado por las preferencia de cada uno, pero objetivamente es innegable que se refleja todo el trabajo que se puso a esta película, desde crear al nuevo villano (el Doctor Octopus de Alfred Molina), a contar una historia sobre la relación de Peter Parker y su contraparte arácnida. ¿Una debe cancelar a la otra o pueden coexistir? Esa es la premisa de la película que excede con creces a la hora de contarla.

El antes, durante y después de Spider-Man 3 (2007) amerita su propia nota, lo importante es que, si bien al principio no fue tan bien recibida, el paso del tiempo le dio una reevaluación y ahora se para orgullosa junto a sus predecesoras. Es una gran película, que nos dio el meme de Bully Parker (¿Se le puede pedir algo más?). Luego de su decepción con el resultado de la tercera películas del Hombre Araña, Raimi decidió volver al terror con Arrástrame al infierno (Drag Me to Hell, 2009). Con un título así y la para nada oxidada dirección de Raimi, esta cinta vuelve a mezclar el terror con el humor, aunque ahora más oscuro comparado con el Slapstick de Army Of Darkness. Luego de Oz, el poderoso (Oz, The Great and Powerful, 2013), adaptación de Disney de la obra de L. Frank Baum que reunió a Raimi con James Franco, el realizador se alejó de las grandes producciones como director, enfocándose en su faceta de productor, lo que nos dio una remake bastante buena de Evil Dead (2013) y una continuación de la trilogía clásica en forma de serie con Ash Vs Evil Dead (2015-2018), donde incluso dirigió el piloto (todo vuelve).

Y hablando de regresos, Sam Raimi vuelve a sentarse en la silla de director de una película de Marvel, con nada más y nada menos que Doctor Strange en el multiverso de la locura, que se podrá ver desde esta semana en cines. Y lo cierto es que nadie sabe qué esperar de esta película, descrita como una con toques de terror y que promete visitar hasta la esquina más oscura y bizarra del Multiverso Marvel. Sin importar el destino, tenemos plena confianza en Sam Raimi (¿Por qué no tenerla?). Es el maestro.


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