26 de abril de 2024

La película de Sam Raimi como el origen de Marvel Studios

Spider-Man, el Hombre Araña, el héroe insignia de Marvel Comics, siempre tuvo su lugar en la cultura popular, pero no fue hasta el año 2002 que su fama realmente explotó, marcando un antes y un después en la historia del cine.


Por Tiago Di Pasquale

Vivimos en una época donde Marvel se convirtió en la franquicia cinematográfica más prolífica del mundo, pero no estaría tan en lo alto de no haber estado en lo más bajo: los años 90 fueron un momento duro para la Casa de las Ideas, llegando incluso hasta la bancarrota. Solamente la desesperada venta de sus distintas propiedades permitió dejar las luces prendidas hasta por fin poder volver a saborear el éxito.

Entremos en contexto: Superman (1978) de Richard Donner, un clásico que se volvió el arquetipo a la hora de contar historias de superhéroes (Kevin Feige y su equipo siempre la ven antes de hacer una película del UCM), dio pie a una saga que empezó a perder calidad con Superman IV: En busca de la paz (Superman IV: The Quest for Peace, 1987); dos años después llegó Batman (1989), que explotó en una Bat-Mania aunque también encontraría su final con una controversial cuarta entrega. ¿Qué estaba haciendo Marvel, “la gran rival de DC”, en ese tiempo? Disfrutando de un éxito modesto con las series de Spider-Man con Nicholas Hammond y Hulk con Bill Bixby y Lou Ferrigno. Pero en 1986 había llegado la hora, y con la ayuda de George Lucas iban a poder llevar su primer gran producción al cine, ni más ni menos que… Howard el Pato (Howard the Duck, 1986), considerada un fracaso en todos los sentidos.

La fortuna no aparecía, pero las cosas empezaron a cambiar con la salida de Blade (1998), protagonizada por Wesley Snipes. Esta película en cierta forma renegaba su origen comiquero, disfrutando más siendo una película de acción sobrenatural para adultos que la redención de Marvel en Hollywood. Dos años después llegaba X-Men (2000), que también resaltaba lo serio de su universo, dándole a los Hombres X uniformes de cuero en lugar de los coloridos que conocíamos. La película fue exitosa y presentó a Hugh Jackman como Wolverine, que para muchos se volvería irremplazable como el Glotón Mutante. Pero aún no había un boom ¿Acaso Spider-Man podría dar en la tecla correcta?

Spider-Man en el cine no es algo reciente, varias versiones fueron propuestas como Spider-Man por la Cannon Films (el estudio detrás de Superman IV), una película de terror dirigida por Tobe Hopper donde Peter Parker iba a ser convertido en un Hombre Araña mutante similar a La Mosca (The Fly, 1986); o la visión de James Cameron, una película con un tono más elevado, reimaginaciones de Electro y Sandman como los villanos y Peter y Mary Jane tenían relaciones sexuales en el Puente de Brooklyn con Peter “imitando los ritos de apareamiento de las arañas” (al menos el guion nos dio la idea de la telaraña orgánica, podrán imaginarse como es introducida la idea). Varios directores fueron y vinieron, pero el estudio finalmente eligió al director de Evil Dead y Darkman, Sam Raimi, por tener una gran colección de cómics y un gran entendimiento del personaje, demostrándolo en la película.

Spider-Man es una película de superhéroes que aprendió de todas las que vinieron antes que ella y puso un nuevo estándar. Es sincera, sabe cómo poner a su protagonista contra la pared y si bien se ríe de sí misma, no se ríe de dónde viene. Peter Parker no usa una campera de cuero rojo y un pasamontaña para combatir el crimen, tiene un traje que moderniza conceptos del comic, pero siempre se mantiene acorde con lo visto antes, tampoco es una película ni muy seria ni muy cómica: este Hombre Araña no es tan bromista como otras versiones. Como el director, está comprometido a cumplir con su misión por más estrambótica que pueda volverse, y al igual que la cinta de Richard Donner, tiene una palabra clave: verosimilitud.

La acción es excelente, usando un sistema de cámaras (apropiadamente llamado Spider-Cam) para grabar tomas aéreas de Nueva York y así insertar al Spider-Man computarizado en un espacio real, además de creativos escenarios para explotar al protagonista y antagonista, pero por más acción que haya, el núcleo de la historia es otro, esta es una historia de amor, o más bien dos combinadas en una: la más evidente es la historia del Peter Parker de Tobey Maguire y la Mary Jane Watson de Kirsten Dunst, un amor que parece imposible pero no por factores externos, sino internos. La película empieza con un Parker joven dudando de su valor como para estar con la chica de sus sueños y termina con uno más adulto, alejándola del peligro que implica formar parte de su círculo. En el medio tenemos a Mary Jane descubriendo realmente a su vecino, ella cree que solo es valiosa si se rodea con gente “poderosa”, ya sea el matón Flash Thompson (Joe Manganiello), el millonario Harry Osborn (James Franco) o incluso Spider-Man.Pero en lo que ella cree son sus últimos momentos, solo puede pensar en ese chico amable que reafirmó sus sueños y que la hacía olvidar el maltrato de su padre, este amor iría y vendría a lo largo de la trilogía, pero en esta película aislada es un punto clave y muy exitoso (después de todo, nos dio el beso boca abajo bajo la lluvia, eso es romance).

El otro amor es el amor paternal: Peter perdió a sus padres y vive con sus tíos, Ben (Cliff Robertson) y May (Rosemary Harris). Al ser joven, los da por sentados e incluso su nuevo ego hace que no dude en lastimar al tío Ben, y cuando se reencuentran ya es muy tarde para pedir disculpas. Lo trágico del origen de Spider-Man es que a diferencia de Clark Kent perdiendo a su padre de un ataque al corazón o Bruce Wayne perdiendo a sus padres en un asalto cuando era solo un niño indefenso, Peter pudo evitar la muerte de su tío, aun cuando en Spider-Man 3 (2007) dicen que Flint Marko disparó el gatillo. Si Peter hubiese detenido al ladrón la historia sería diferente, pero no lo hizo, no por miedo, sino por rencor, ira, venganza, y cuando otra vez la venganza toma control de él, cuando el supuesto asesino muere frente a él, no es suficiente. Ben se fue y debe vivir con eso, aprendiendo de la manera difícil que «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad».

Y es justo cuando Peter aprende esto que el villano entra en escena, el Duende Verde de Willem Dafoe también entra en esta historia de padres. Sam Raimi mismo lo confirmó: Norman ve a Peter como el hijo que nunca tuvo (o más bien desearía que Harry hubiese sido), pero son sus dobles vidas los que lo separan, en la batalla final, cuando Peter se da cuenta que él ya tenía un padre, Ben Parker. Hay algo muy poético en el hecho de que el Hombre Araña y el Duende Verde nacen el mismo día, dos grandes rivales en los comics por fin chocan cabezas en la gran pantalla ¿Qué lo hace un villano tan especial? Spider-Man es una criatura rara para el Duende Verde, que juzga a las personas por qué tan poderosas son, exponerse, defender al otro, aun y cuando está el rechazo de parte del público (aumentado por el insuperable papel que hace JK Simmons como J Jonah Jameson) no es alguien que puede ser derrotado física o mentalmente, solo se levantaría para seguir luchando por los demás. Ahí es cuando el Duende Verde se da cuenta que los demás son los deben sufrir para llegar al Trepamuros, mientras más cerca mejor, o como dice en la película, atacar su corazón.

Por supuesto, hay mucho que hablar de la película, es una experiencia completa, un clásico moderno que se puede ver miles y miles de veces y disfrutar de lo familiar y los nuevos detalles. Abrió el camino no solo a secuelas y reboots del Hombre Araña, sino a todos sus compañeros del universo Marvel, vistos con adoración y admiración. Tobey Maguire y Willem Dafoe volvieron a verse las caras (brevemente) en Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No Way Home, 2021) y ahora Sam Raimi vuelve al Multiverso Marvel en Doctor Strange en el Multiverso de la Locura (Doctor Strange in the Multiverse of Madness, 2022), pero aún está la pregunta ¿Hay lugar para otra aventura de este Amistoso Vecino? Definitivamente, esta es una historia de amor, y todavía 20 años después de su estreno, el amor por esta saga sigue vivo.

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