26 de abril de 2024

La nueva película de Amazon está basada en hechos reales

Un grupo de doce jóvenes y un entrenador de un club de fútbol tailandés quedan atrapado en la cueva Tham Luang, en condiciones peligrosas ante una lluvia incesante que inunda los ya de por sí peligrosos pasadizos. Historia verídica que cuenta con nombres importantes en el reparto.


Por Ignacio Pedraza

Tras el entrenamiento, un grupo de chicos de un club de fútbol decide recorrer la famosa cueva Tham Luang previo al cumpleaños de uno de sus compañeros. Sin embargo, las tormentas monzónicas propia de la región inundan los complejos pasillos de la misma, donde trece personas quedan atrapadas dentro de los recovecos. Ante semejante crítica situación, diversas fuerzas deberán ponerse a cargo del rescate y sacar a los chicos de allí.

La historia sucedida en 2018 en la provincia de Chiang Rai sacudió a los medios del mundo y fue noticia por varios días, por lo que su adaptación era cuestión de esperarse y llegó de la mano de Ron Howard con Trece vidas (Thirteen Lives, 2022), que estrenó recientemente Amazon Prime.

Si bien la película corre el riesgo de traer un drama relativamente moderno y que aquellos más memoriosos pueden reconocer la trama y su epílogo, lo más enriquecedor del nuevo trabajo del realizador pasa por la construcción de los hechos y sus definiciones para retratar una historia que dentro del género contiene antecedentes por doquier y que fácilmente puede caer en recursos explotados anteriormente. Howard no se toma el tiempo para presentar a los afectados del caso o una introducción prolongada, sino que en apenas una escena ya nos encontramos con el conflicto en la mesa, con un desarrollo dinámico para posicionarse directamente en el plano de la búsqueda y posterior rescate.

En este sentido decide dividir el largometraje teniendo en cuenta estos dos aspectos: la primera mitad se basa en dar con el paradero de los jóvenes, implicando de manera mínima algunas temáticas políticas, sociales y hasta religiosas que se fundamentan más como contextualización de la cultura oriental y el poder darle más fuerzas donde se desarrolla el asunto para que no se vuelva genérico el territorio. Por otra parte, con la inclusión del personaje de Joel Edgerton y algunas decisiones de las que debaten los rescatistas convierte el propio en un terreno agobiante y trágico.

Bajo el guion se encuentra William Nicholson, y teniendo en cuenta que también estuvo a cargo de otros trabajos como Gladiador (Gladiator, 2000) no resulta una sorpresa pensar el manto humano que exhiben los protagonistas, donde están sujetos a errores y dudas y todo el trabajo no es linealmente progresivo, sino que se encuentran con varios obstáculos –no solamente materialmente- para llevar adelante el rescate.

No solo Viggo Mortensen y Colin Farrell –que pasa de un despreciable Pingüino a un preocupado buzo sin escrúpulos- representan este semblante, sino que el realizador también retrata el trabajo de voluntarios, trabajadores de la tierra y el resto del equipo rescatista en un tono realista que nos permite identificar las diversas figuras involucradas en el caso y que no hay de manera individual aspectos heroicos.

Sería redundante decirlo, pero Howard vuelve a manifestarnos con Trece vidas que sabe retratar historias no ficcionales como en Rush (2013) y con mucho componente dramático sin caer en golpes bajos, como Apolo 13 (1995), por lo que la llegada de esta historia de espeleosocorro que combina ambas características es una interesante recomendación.


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