Háblame fue el único estreno en ingresar al top 5
El domingo electoral marcó un descenso del 40% de la taquilla a nivel nacional y en comparación al fin de semana anterior. Un dato que es normal en período de elecciones, pero que no por eso debe mantenerse a un lado y dejar de ocuparse.
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Por Walter Pulero
En el último fin de semena se vendieron 516334 entradas, lo que marcó un descenso del 40% de la taquilla si comparamos con el anterior. Y el número resulta normal tratándose de que tuvimos un domingo de elecciones nacionales, donde si bien la Justicia Electoral autorizó la apertura de los cines (solo el 10% no reportó venta de tickets), probablemente muchas personas creyeron lo contrario o tenían su mente en las PASO.
Más allá de la merma de espectadores, Barbie continúa por cuarta semana en el primer lugar y superó los 3200000 espectadores desde su estreno. Megalodon 2: El gran abismo mantiene el segundo puesto con 120574 entradas vendidas (y un acumulado de 415099).
Oppenheimer de Christopher Nolan sigue firme en el tercer puesto con 95428 tickets cortados; y lo nuevo de A24, Háblame, consiguió el cuarto lugrar con 70212 espectadores, llevando a Elementos al quinto con 30711 entradas vendidas: la película de Disney Pixar ya acumula 2481832 espectadores desde su estreno. De esta forma se completa el top 5 del fin de semana, donde a Wes Anderson no le alcanzó para ingresar con Asteroid City y sus 9817 espectadores (un número similar al que hace con sus producciones en el primer fin de semana de estreno).
La baja de espectadores a los cines argentinos es una tendencia que se viene dando en las últimas semanas (luego de vacaciones de invierno), lo cual parece continuar de esta forma; y no solo se debe a la falta de estrenos interesantes para la mayoría del público, sino que gran parte se apoya en la incertidumbre que se vive a nivel país. Pero está demostrado que existe un factor primordial en la subsistencia del cine y que tiene que ver no solo por tratarse de una salida que se mantiene económica, sino además con su carácter social: es estretenimiento y por dos horas o más dejamos lo cotidiano antes de ingresar a las salas. Tenemos la necesidad de buscar en imágenes y sonidos las experiencias de vida que no encontramos en otra parte. El cine nos enriquece y nos amplía. Habrá que esperar cómo se comportan los actores (llámense distribuidores y programadores) para lograr que aún en crisis económica-social sigamos eligiendo a la pantalla grande para conectar nuestras emociones.
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