Andrew Garfield protagoniza la nueva serie de Star+
Una joven madre y su hija son brutalmente asesinadas en Utah. Los detectives Pyre (Andrew Garfield) y Taba (Gil Birmingham) deben investigar el caso que rodea a la comunidad mormona y particularmente a familias poderosas de la región.
Por Ignacio Pedraza
En épocas de la inmediatez donde la duración de las producciones se ponen en disputa, Dustin Lance Black nos trae Por mandato del cielo (Under the Banner of Heaven, 2022) con algunas lógicas propias de series de otras épocas, donde la historia se narra de manera minuciosa y cruda para llevar el relato a aspectos totales del caso que hace referencia.
La adaptación a la novela homónima no-ficcional de Jon Krakauer del 2003 llegó de la mano de Star+ en una miniserie de siete capítulos que trata temáticas polémicas que hicieron ruido en los sectores más conservadores de la sociedad por las referencias hacia la religión. En este caso específicamente apunta a la comunidad mormona -el Movimiento de los Santos de los últimos días- y los asesinatos cometidos en nombre de la fe.
Ambientada en la década del 80, la dupla de detectives debe investigar la muerte de Brenda (Daisy Edgar-Jones) y a su bebé. Al igual que en casos reconocidos del género como True Detective, los dos policías se contraponen en sus características: Jeb Pyre (Andrew Garfield) forma parte de la comunidad religiosa de Utah, mientras que producto de la discriminación los arraigos indios de Bill Taba generan desconfianza.
En este sentido, el personaje de Garfield sufre por partida doble: la labor de investigar la fatídica escena, por un lado; y por el otro, ir desenmascarando ruines acciones que rodean su credo, ya que una de las familias más destacada de la comunidad, los Lafferty, se encuentra envuelta en la polémica por el caso. Desde allí conoceremos con mayor abordaje sobre dicho movimiento, que no solo incluye la historia familiar y sus prácticas mormonas sino que los antecedentes viajan hasta los inicios de la Iglesia, con flashbacks de Joseph Smith, fundador del mismo.
El asesinato parece ser un puntapié para adentrarse en una intensa investigación que contará con un camino sinuoso y desagradable, que dará apertura a diferentes visiones y acciones de los personajes a través de la religión, que servirá de fundamentación a las mismas. En ese abanico de personajes se destacan el dúo de (varios) hermanos que llevan la voz campante como lo son Ron (Sam Worthington) y Dan (Wyatt Russell), sumados a los incógnitos Allen (Billy Howle), Samuel (Rory Culkin) y el patriarca Ammon (Christopher Heyerdahl).
Con un aspecto melancólico y riguroso para llevar adelante la trama pero que necesita de la paciencia y atención absoluta del público, las actuaciones sobrias de parte de los detectives -donde los conflictos internos lo posicionan al joven actor un paso adelante, en una combinación entre su papel en Los ojos de Tammy Faye (The Eyes of Tammy Faye, 2021) sin tanto histrionismo y la de un Robert Langdon comprometido- y la labor teatral de la familia ortodoxa sin caer en excesos logran otro punto clave en la miniserie.
Una de las miniseries más esperadas ya está entre nosotros, y si bien podrá discutirse si la historia no respondía más para un largometraje, lo dirigido por David Mackenzie, Courtney Hunt, Isabel Sandoval y Thomas Schlamme es una interesante recomendación para los fanáticos del género.
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