27 de abril de 2024

Para lectores poco imaginativos

Un excéntrico millonario quiere aprender a hacer trampa en los juegos. Un niño intenta salvarse vestido de cisne. Un cazador de ratas quiere impresionar al pueblo. Un amodorrado se despierta afectado por un posible veneno. Cuatro adaptaciones del reconocido autor de la mano de Wes Anderson y Netflix.


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Por Ignacio Rapari

A veces parece que ciertos estilos pueden congeniar de manera armoniosa y que es inevitable su fusión. Si bien lo vimos anteriormente a través de El fantástico Sr. Zorro (Fantastic Mr. Fox, 2009), la mente de Wes Anderson con la escritura de Roald Dahl parecían ineludiblemente en la misma sintonía para poder ver su adaptación, y llegó con el resultado esperado.

Netflix estrenó un mediometraje y tres cortos del reconocido realizador donde transcribe cuatro cuentos del galés, con un estreno por día para generar un producto casero y con una reconocidísima identidad. Con La maravillosa historia de Henry Sugar (The Wonderfuld Story of Henry Sugar) como líder de dichas producciones, el combo se completa con El Cisne (The Swan), El cazador de ratas (The Ratcatcher) y El veneno (Poison).

El reparto se rota a los diversos personajes en los múltiples relatos, donde está compuesto por Benedict Cumberbatch, Dev Patel, Ben Kingsley, Rupert Friend, Richard Ayoade y Ralph Fiennes, con este último interpretando a Dahl como narrador omnisciente al principio y cierre de cada cuento.

Referirse al estilo de Anderson sería redundante, ya que el director no sale de su código y mantiene la línea que vimos en toda su filmografía –y hace un puñado de días en la sala grande a través de Asteroid City (2023)- por lo que quien conoce su nombre no debe esperar nada nuevo en este terreno, y apenas puede sorprender a un espectador casual. Sin embargo, para este proyecto dicha norma puede justificarse porque calza a la perfección con las líneas que ofreció el escritor.

Pero además del aspecto visual y teatral que brilla en su totalidad y una paleta de colores que se alejan a la saturación de su último trabajo y está más cercano a Viaje a Darjeeling (The Darjeeling Limited, 2007) o algunos relatos de La crónica francesa (The French Dispatch, 2021), el punto fuerte pasa por la construcción del relato a través literalmente de un cuento, ya que las secuencias escritas por el propio Dahl son detalladas por el narrador de turno con una mínima interpretación teatral donde lo que importa es llevar adelante la fábula histriónica.


El poder de la palabra y de la voz –se evidencia en el trabajo de Friend en las vivencias de Peter Watson– se complementan con los atributos técnicos del texano, donde logran maquillar y traspasar a la pantalla lo que tan reconocido hizo al autor, congeniando de manera armoniosa.

Pensando en la trama, cada uno decidirá en base a lo visto y tomará su posición respecto al gusto –con la historia de Sugar como alma del grupo- pero respecto a su composición poco se puede separar ya que se produjeron al unísono. De hecho, el consumo de los cuatro cuentos de manera continua refuerza el proyecto, más allá de que el correr de los minutos resulte monólogo.

Es inevitable pensar en un gran homenaje que Anderson y Netflix realizaron sobre Dahl a través de estos relatos, donde proponen celebrar sus cuentos en el término más literal de la palabra, con apenas algunas reconocidas interpretaciones pero que todo queda en una confección reforzada por el relato y la fantasía con el maquillaje tan particular del director y que va de la mano con aquel creador de singulares historias.


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